A todos mis amigos agentes de la ley
(hay que tener amigos hasta en el infierno)
En especial a Pablo M.
No vengo con reproches, yo le entiendo,
sólamente es un mandado
usted hace su trabajo
lo mejor que sabe y puede.
Tiene que mantener la ley y el orden
sin dudar, sin retroceder. Órdenes
de arriba, nada más.
Es digno de admirar, tan encomiable,
su pericia con la porra
lo bien que lanza el lacrimógeno gas
su destreza disparando
esas fanáticas balas de goma.
Seguro que al despojarse de su disfraz
como a una madre
le duelen las heridas más a usted.
Seguro que al ver Sed de mal
quiso cargarse a Orson Welles.
Tendrá días buenos y días malos
como todo hijo de vecino
pero encarecidamente espero
que siempre esté tan motivado como hoy
y actúe tan profesional y servil
contra los traficantes de mi barrio.
Esos a los que pregunta por la familia
y
se interesa si todo les va bien.