El semáforo en rojo. Un paso atrás y mirarla el culo. Intuyo que esos vaqueros ayudan a cincelar su retaguardia. Tal vez pedirla fuego, cambiar el acento y preguntar por una calle, ¿tienes prisa?, hace frío, te invito a un café.
Presentaciones de rigor, dos besos; qué bien huele. Soy poeta, inculto y leísta, pero poeta. Ya, no tengo pinta, no me paran ni los del círculo de lectores en el centro comercial. Por qué no una copa, en mi casa te dejo fumar y tengo Santa Teresa, lo quemo con azúcar moreno y queda genial. De paso te pongo lo último de Fabián.
¡Ligueros!, eso no me lo esperaba, una maravillosa sorpresa. Da igual si su culo es como pensé, los vaqueros quedan lejos y se acerca con chubasco entre las piernas.
Prefiero que no se arrodille, no es que lo crea una postura vejatoria para la mujer, ni mucho menos, pero me da pavor que me me haga un Boris Becker, tiene pinta de lagarta.
Me voy antes de tiempo, termino con la lengua, dormimos con el Never tear us apart de Inxs un rato antes de llamar a un taxi.
No la volveré a ver (quizás en el concierto de Fabián), su culo no merece un zafarrancho de limpieza dominical ni una tarde de compras. Además el semáforo se pone verde y de frente llega mi mujer.
EL 10 DE MARZO, FABIÁN TOCA EN EL CAFÉ TEATRO DE VALLADOLID
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4 comentarios:
Es increíble lo que puede llegar a dar el tiempo de un semáforo en rojo y una mente calenturienta, eh?
Por cierto, no sé lo que pasa con Fabián, que siempre se olvida de Andalucía en sus giras...
¿El liguero debajo de los pantalones, o despues de los pantalones?.
Bueno, ya sabemos, que el semáforo, al menos, sirve para gestar un relato interesante.
céfiro, y sobra tiempo. a fabián espero verlo el 10, se lo preguntaré
MA, hay mujeres que siempre llevan ligueros en el bolso por si son necesario usarlos
gracias
¡No me digas!!!!
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