Como si sonara una canción de Lapido, de repente,
entre la música basura de un centro comercial,
por estas calles pestilentes que auspician
putas y yonkis, aparece una chica con un perfecto
culo, mercromina para mis ojos heridos y cansados,
Y otra vez desconocidas
y otra vez lujuria, de nuevo sucios deseos
y otra vez culos, tetas y otra vez las ganas
frenadas por una promesa en forma de anillo
y otra vez sexo entre mis versos,
si yo quería
ser un poeta antisocial,
revolucionario, indómito, radical.
Decir: policía asesina, contar las veces
que los guripas robaron a los colegas las chinas
de hachís.
Aprender a rimar escribiendo cien veces
"de un madero, mil lapiceros",
"la madera, a la hoguera". Recitar en festivales
de la CGT; compañeros, ellos tienen las pistolas,
nosotros la razón.
Es lo que me gusta, no el glosar a las mujeres
que nunca me miraron, no, pero
las cosas se están poniendo chungas en el barrio
y no quiero que el día que me claven una navaja
para robarme la cartera, venga el policía y le suene
mi careto y me diga, tranquilo tío, que ahora viene
la ambulancia, es sólo un momento, nada, en cuanto
pueda llamarla, que manda huevos, que tenga que joderse
el walkie-talkie, precisamente hoy, que te estás muriendo.
6 comentarios:
"...ellos, y los culos de ellas".
Me encanta este poema - relato (que empieza como poema y termina como relato).
Pero me gusta mas la primera parte. Es genial, poeta indómito de los sucios deseos.
eres un anti-social como ser humano que es peor (pero no cambies)
La realidad nos cambia la manera de pensar constantemente. Nos jode una y otra vez. Por eso se escribe, supongo. Para inventarse una realidad mejor o para huir de la mierda con la que te topas a diario.
"...ellos, y los culos de ellas", se merece otra tesis doctoral.
Más lo leo, más me gusta.
¿Y esa historia que ibas a contarnos?
Me encanta esto tío:
mercromina para mis ojos heridos y cansados
Publicar un comentario