18 de agosto de 2011

desde el desierto

Jesús, predicaba en el desierto. Por eso yo
cuelgo en este blog lo que pienso, y quien quiera
que lo lea o no. Pero en el desierto. Sin molestar
cortando calles y gastando el dinero que no tienes,
sin llamar a tu puerta trayendo mi palabra
a la hora de la siesta, sin tocarte las campanas
los domingos de resaca. Sin obligarte a
creerme a pies juntillas. Como Jesús. En el desierto.
Sin Dios, ese que, casualidad o no, desde que existen
aparatos que graban las imágenes, fijas o en movimiento,
ha dejado de hacer milagros

4 comentarios:

J. G. dijo...

totalmente cierto, un saludo

Javier Cánaves dijo...

Molinero, arderás en el infierno. Lo sabes, ¿no?

Malone dijo...

Gracias por pasarte J.G

Cánaves, soy friolero, no hay problema

Céfiro dijo...

Suelo pensar como tú sobretodo en semana santa.