Aún sigo enamorado
de la ropa interior de Sylvia Kristel,
cuántas veces imaginé que el papel
eran sus bragas holgadas de seda.
Sus ligueros que sostenían mi deseo,
el sostén de color tiramisú.
Hoy se descuidan tanto esos detalles: las
bragas tan ceñidas marcando, los labios,
tangas invisibles o, el colmo, hechas de aquellos
caramelos que devorábamos de niños cuando
nos aburríamos de llevarlos de pulsera -me niego
a comer la tira de atrás-.
Que te entierren, Sylvia, sin vestido. Provista
solo con tu ropa interior de primera categoría.
Hermoso cadáver que protagonizó mis primeras
pajas, en un vhs de mi viejo. Y allí me enamoré
de la ropa interior de Sylvia Kristel.
caramelos que devorábamos de niños cuando
nos aburríamos de llevarlos de pulsera -me niego
a comer la tira de atrás-.
Que te entierren, Sylvia, sin vestido. Provista
solo con tu ropa interior de primera categoría.
Hermoso cadáver que protagonizó mis primeras
pajas, en un vhs de mi viejo. Y allí me enamoré
de la ropa interior de Sylvia Kristel.
1 comentario:
El sostén color tiramisú, ligueros que sostienen deseo... mmm
como hemos reido, mejor comer la parte del sostén que la del tanga de caramelitos ;).
Femenina manera de enterrar a una mujer con lencería de primera categoría, reconozco que si me enterrasen con lencería de La Perla seguro que estaría increíble.
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