23 de febrero de 2015

perros cobardes

(A la manera de David González)


Las cámaras de la Sexta lo graban:
Sinaí Giménez, conocido como
el príncipe de los gitanos, junto
a una masa de familia mórbida (cuatro
o cinco hombres y otras tantas mujeres)
amedrentan a 5 guardias civiles que
asustados retroceden.
5 picoletos con su uniforme reglamentario
5 picoletos con sus armas reglamentarias
completamente acojonados
5 picoletos con su congoja reglamentaria.

Uno de los gitanos le lanza
a la cara, a menos
de un metro de distancia,
el contenido de lo que parece
una botella de agua a uno de esos 5
picoletos                                                           y
éste, recula, retrocede. Con las manos
pide calma, yo me atrevo a decir
CLEMENCIA.
Huyen, sin enfrentarse, sin intentar
detener a nadie
SIN CUMPLIR SU TRABAJO
esa frase a la que los cuerpos de seguridad
-como perros serviles-
se acogen en su defensa del orden.
Aquí si tuvieron tiempo de mirar
a quiénes tenían que pegar
MALTRATAR, ACOSAR, DETENER
para mantener el orden cívico
en la defensa patriótica de su democracia.

Esta vez no se cruzó ninguna
estudiante quinceañera,
ningún jubilado pasaba por allí.
No había peligrosos antisistemas.

NO HACÍAN FALTA HÉROES
NO SE REPARTÍAN PRIMAS
NO HABÍA MEDALLAS EN JUEGO.


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