2 de agosto de 2010

EL EXCEDENTE DE CUPO



SUELA DE ALPARGATA. BARRICADA
a mi abuelo Valentín In Memoriam

El excedente de cupo que tuvo
que ir a una guerra
perdió en los campos de Castrillo
la melodía silbada entre dientes.
Le cambiaron el azadón por la patria
mudó su boina en casco nacional y
en el monte intentaron
inyectarle a ráfagas, el odio.


Miraba la foto de una jovencita
cada vez que desfallecía el borrico
lastrado de azúcar y chuscos de pan.
Miraba la foto de una jovencita
cada vez que desfallecían
sus botas embarradas.


Sus ideales se apartaron de flechas,
yugos y manos alzadas.
Rechazó libros rojos y puños
cerrados y vacíos
y abrazó el sueño de comer cada día
trabajando todas las horas de su vida.


Estar en el bando que menos perdió
le brindó como única dispensa
manzanas reineta,
sopas de ajo y nitratos de castilla.


El penúltimo de una estirpe
de hombres de verdad, nunca quiso recordar.
Yo no llegué a tiempo para preguntar.


Le jugó su corazón una mala pasada
al seguir latiendo
el día que quedó ciego
con las piernas tronchadas.


Todavía le recuerdo caminando
con las manos en la espalda
entrelazadas con fuerza
para que no se escapara
nunca jamás
la melodía silbada entre dientes.