20 de diciembre de 2010

URGENCIAS

Lo peor, siendo sincero, no fue tener que llamar a mi cuñada para que viniese a toda prisa a por la pequeña con una burda mentira sobre un problemilla laboral. Tampoco el hecho de tener que esconder con un tabardo largo y gordísimo el bulto en mi entrepierna con el calor que hacía esa noche.
De verdad, no te miento, el dineral que me cobró el taxi por llevarme a urgencias no fue ni de lejos el rato más malo de aquel domingo aciago.

Eran las caras, primero de asombro y estupefacción, de los ats del hospital que luego se tornaron en risas que se hacían más evidentes cuanto más querían disimular.
Yo comprendo a todo el personal de urgencias, la escena era cómica de cojones, y nunca mejor dicho. Además (y esto sin duda era lo peor), estaba lleno de enfermeras y médicos en prácticas, todos arremolinados a mi alrededor con la excusa de un caso único y extraño. Me pareció reconocer a la hija de la vecina del 4º, la misma que evitaba subir conmigo en el ascensor cuando venía del curro con esos pelos de hambre y sin afeitar. Qué pensaría ahora de mi, mínimo que era un violador o algo por el estilo.

Aún hoy recuerdo esas carcajadas enfermas, sus rostros desfigurados como en un cuadro afilado de Velpister. Sus lágrimas, las fotos con el puto móvil para inmortalizar el momento y los codazos que se atizaban entre ellos con gestos de complicidad, diciendo sin decir: ya verás cuando se lo contemos a los colegas.

Pero, comprendedme. Mi mujer se había ido por primera vez con las amigas desde el parto y yo..., no sé..., con la niña tan pequeña pues..., no nos deja mucha intimidad y..., hacía mucho que no..., y lo vi, me acordé... y pensé que quizás no estaría mal..., no sé, probar..., a ver que tal..., estaría probar yo el dichoso sacaleches.

Cómo iba a pensar que ese artefacto diabólico pudiese hacer el vacío en la punta de mi polla.

5 comentarios:

jens peter jensen silva dijo...

jajaja qué bestia, gracias por la mención, aunque no sé, no sé...

Céfiro dijo...

Siempre han existido ese tipo de leyendas. Sobretodo en los pueblos... la chica que se metió el tercio de cerveza en la vagina, etc. Una pregunta: ¿el artefacto hizo honor a su nombre?

Malone dijo...

gracias por pasarte por aquí, velpister

céfiro, no sé, ya se lo pregunto al amigo mío que le pasó, a mi me lo contaron...

juanito dijo...

jajajaja, que bueno!!!

Rufino U. Sánchez dijo...

Gran historia.