A mi sobrina Andrea, que se hace mayor y ya no se cree mis mentiras
Antes
los hermanos pequeños
heredaban hasta las legañas
de los mayores
Marta y Eva
me sacan unos años
En el patio del colegio
el primer curso me pegué con media clase
para que me llamaran O`Moli
El puto escocés que llevaba faldas
3 comentarios:
Las niñas crecen y ya no se creen lo que las cuentan los hombres. Lo malo es que los hombres si creemos lo que nos cuentan ellas.
(Pero yo creo que nos compensa, en el fondo)
Muy buen poema, Jorge.
Rufino, como casi siempre, más razón que un santo
Juan, gracias por salir de tu cárcel creativa y pasarte por aquí
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