Me acabo de dar cuenta que no cuelgo un poema serio inédito desde el 4 de febrero y eso es mucho tiempo, así que procedo a arreglarlo.
Aprovechando que viene Diego Vasallo al festival poeXXÍ@ este poema se titula igual que mi canción preferida del donostiarra, El peine de los vientos. Y ya puesto, hago un pequeño homenaje a otro grupo de San Sebastián, de lo que más escuché en mi juventud, La dama se esconde, incrustando un trozo de letra de su canción Princesa. Y ya que estamos en la ciudad, cómo no, anda por ahí Karmelo Iribarren.
Quedamos en El Peine de los Vientos.
Empeñada en romper todas las normas
de los manuales para entender a las mujeres,
llegas pronto.
Como siempre, yo, pillado y despeinado por la prisa.
Apoyada en la baranda de piedra
ves el mar comenzándose a agitar. Imaginas
que juntos podemos vencer, incluso convencer, al
malvado enemigo. Las olas salpican tu rostro
de actriz muda del siglo XXI. O quizás lloras
hierros de dolor y disimulas tarareando una
de La dama se esconde. No se puede
controlar todo, la línea del horizonte
es inalcanzable. En el peine de los vientos
el futuro se arropa en la niebla y poetas que jamás
sonríen escriben sobre el humo de las chimeneas.
Tienes la mirada perdida en el Cantábrico y
mientras me acerco a ti, mis ojos sólo ven tu culo.
Planes a corto plazo. Después de la cena y una copa.
Tú y yo. Desnudos.
1 comentario:
Me vuelve a gustar Jorge. Consigues que seamos perfectos espectadores de la escena... aunque al final nos convertimos casi en vouyers.
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