5 de junio de 2012

SEGURO QUE ESTA HISTORIA TE SUENA

Entre las páginas
de Seguro que esta historia 
te suena, una docena de poemas 
esbozados que juegan a ser mayores,
con la aspiración
de que
alguien, algún día, me llame
copia barata de Iribarren.

Porque, y sé que tal vez sea injusto, en mi equipo juegan Iribarren y diez más.
Karmelo C. Iribarren, San Sebastián (Guipuzcoa) 19 de septiembre de 1959, recoge toda su poesía (excepto Versos que el viento arrastra) en una Biblia llamada Seguro que esta historia te suena, editada por Renacimiento.

Y claro que te suena, sus poemas están repletos de bares con tipos solitarios en sus barras, taxis, espejos, paragüas, zapatos, noches; aspectos cotidianos que a diario te acompañan -mejor dicho, son parte de ti, de cualquiera- pero que pasan desapercibidos entre tanta prisa. El vasco es un maestro en el dificilísimo arte de pararse, tranquilo, mirar a su alrededor y sacar magia del detalle más nimio que puedas imaginar.
Leer a Iribarren es una cura de humildad, es descubrir la pequeñez extrema de uno mismo y del mundo, es saber apreciar un gesto, una mirada, un guiño. Un beso que mueve tu mundo, una hostia que te despierta al mismo, una cara y cruz de la vida de tipos normales. Y los relojes que recuerdan que nunca paran el tiempo aunque olvides darles cuerda.
En la Biblia de la editorial sevillana se aprecia la evolución del poeta, cada libro más crudo, más desnudo, aunque leve, no esperen cambios drásticos en su estilo cortante. Menos palabras para contar la misma historia y dotarla de una nueva visión que pocos como él son capaces de dar. Karmelo desentraña la vida, siempre tan zorra pero sin renegar del lado optimista, de la esperanza, aunque sin vestirla de faralaes. Loa al amor, pero hasta en el poema más tierno y bello jamás esconde el traje de la mortaja esperando en una silla de la habitación. Cada vez más irónico y resignado, acentúa su desencanto en sus poemas inéditos, un regalo tremendo de esta edicion para con sus seguidores.
Y todo lo que diga aquí es innecesario y una tremenda tontería. Para hablar de Karmelo C. Iribarren bastan sus versos, los cuales, ni el viento ni la lluvia siempre tan presentes, consiguen borrar.

              SEÑOR

No es que moleste
en sí, pero
cuesta acostumbrarse.

Eso de que vayas
por ahí
tranquilamente
y se te acerque
una chavala
y te diga:
«¿tiene hora, señor?»,

eso de que te saquen
de la pista
con tanta educación,
no es fácil de asumir,
            qué duda cabe.




LO PEOR, LO MÁS TRISTE
    No sé si soy
    feliz,
    si verdaderamente
    lo he sido
    alguna vez;
    aunque creo que no.
    Y a ti te ocurre
    otro tanto,
    me consta.
    Pero no es esto
    lo peor.
    Lo peor del caso,
    lo más triste,
    es que ya
    ni siquiera
    nos importa.

3 comentarios:

juanillo dijo...

Me acabo de dar cuenta de que hacía un montón de tiempo que no pasaba por aquí, (espero me disculpes, compañero), hoy la ocasión lo merece, hermoso homenaje el tuyo a la figura de `el maestro`Iribarren, tambien es uno de los puntales de mi equipo, del cual, por cierto, también formas parte. (Y hablando de futbol a ver si os cargais al Cordoba y el año que viene podemos tener un pique insano) ciao Molly Malone

Céfiro dijo...

Karmelo for president!

Malone dijo...

Juan, que tu eres un tío leído, no digas esas barbaridades, con que me hagas un hueco en el banquillo y salir con 4-0 ya es mucho.

No sería mal sitio un lugar con Karmelo de presidente, Céfiro, nada malo