Enfrente de la catedral inacabada,
unos adolescentes japoneses
roban el alma al menú del restaurante Nippon
con cien disparos por segundo con sus Nikon,
mientras un ataque de risa cierra
aún más sus ojos.
Mi mujer diserta acerca de qué comeremos por ahí.
Bukowski escribiría un poema sobre
la gorra de los Yankees que viste uno de ellos.
Y yo como siempre.
En mi mente nacionalizo a la más alta
-de cualquier país un paralelo más al sur-
y juego con ella al ping-pong
sin raquetas.
2 comentarios:
¿Esto se lee to palante o patrás? Es que vengo de el cefiro y ahora no te entiendo a tí.
MA, en este video
http://www.youtube.com/watch?v=NDu9gbuKpKc
sobre los 2:20 minutos, explica el párrafo final
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